miércoles, 19 de mayo de 2010

Censura iraní, I


"Juro por el cine en el que creo, que no voy a cesar mi huelga de hambre hasta que se cumplan mis peticiones", asegura el director iraní Jafar Panahi en la carta que ha dictado a su familia desde la cárcel de Evin y que ha hecho pública la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán (CIDHI). El cineasta, detenido el 1 de marzo, se niega a ingerir alimentos desde el pasado domingo en protesta por el maltrato que sufre en prisión y las continuas amenazas contra su familia.

"El sábado por la noche varios agentes atacaron la celda 56, nos obligaron a mí y a mis compañeros a salir al patio sin ninguna ropa y nos mantuvieron al fresco durante una hora y media", relató Panahi a su esposa, Tahereh Saeedi, durante una llamada telefónica el martes. "El domingo por la mañana, me llevaron a la sala de interrogatorios y me acusaron de filmar dentro de mi celda, lo cual es absolutamente falso. Entonces me amenazaron con encerrar a toda mi familia en Evin y enviar a mi hija a un centro de detención inseguro en Rajaie Shahr", añade el texto difundido por la CIDHI.

Fue a partir de ese momento cuando Panahi, de 49 años, decidió no ingerir más comida ni líquidos. "Me gustaría anunciar que, a menos que se cumplan mis peticiones, continuaré negándome a comer y beber porque no quiero convertirme en un conejillo de indias que es sometido a diversas torturas, maltrato metal y psicológico, y falsas acusaciones". El director exige poder contactar con sus familiares y recibir sus visitas para tener la seguridad de que se encuentran bien; el derecho de tener un abogado tras 77 días de detención, y su libertad incondicional hasta la fecha de su juicio y sentencia en firme.

Panahi, que ha ganado numerosos premios internacionales, respaldó al dirigente opositor Mir Hosein Musaví en las presidenciales del año pasado. Al ser detenido el 1 de marzo, en compañía de su mujer, su hija y otra docena de personas que se encontraban en su domicilio, fue acusado de estar preparando una película sobre las protestas que siguieron a aquellas controvertidas elecciones. El resto de los detenidos, incluido el también director de cine Mohammad Rasulof, han sido liberados desde entonces.

"Estamos preocupados porque la valiente acción de Jafar Panahi al revelar su tratamiento ilegal e inhumano pueda aumentar el maltrato físico y psicológico que recibe", confía Hadi Ghaemí, el director de la CIDHI, en un e-mail a esta corresponsal. "La Campaña responsabiliza a las autoridades de cualquier deterioro en su salud". Con anterioridad, este grupo ya había advertido del riesgo de que el director pudiera sufrir un ataque al corazón mientras era mantenido en una celda de aislamiento.

De hecho, fuentes próximas al cineasta atribuyen la extensión dos meses más de su detención preventiva al mensaje filmado que envió al Festival de Cine de Cannes. En él, Panahi daba cuenta de su interrogatorio durante una detención previa, el pasado julio, por haber acudido a depositar unas flores a la tumba de Neda Agha Soltan, la joven asesinada que se convirtió en símbolo de las protestas post electorales. Desde entonces tenía prohibido salir del país.

Ahora, su ausencia en el jurado de Cannes ha motivado no sólo el gesto simbólico de una silla vacía, sino reiterados llamamientos a su liberación de varios de sus responsables y participantes. Especialmente emotiva fue la intervención ayer del veterano Abbas Kiarostami exigiendo a las autoridades iraníes que dejen libre al director de El Globo Blanco (premiado en Cannes en 1995), El Círculo y Offside, entre sus películas más conocidas.

A las voces en pidiendo su libertad se han sumado dos ministros franceses. Con anterioridad, un grupo de celebridades de Hollywood, entre las que destacan Steven Spielberg, Martin Scorsese y Robert De Niro, también firmaron una carta abierta al Gobierno iraní en el mismo sentido.

Amnistía Internacional, que le considera un preso de conciencia y ha respaldado la campaña por su liberación, recuerda que otro cineasta iraní, Mohammad Ali Shirzadí, también se encuentra en la misma cárcel que Panahi. Al parecer Shirzadí está detenido por haber filmado una entrevista entre un activista de derechos humanos y el más relevante de los clérigos disidentes iraníes, el gran ayatolá Ali Montazarí, antes de su muerte el pasado diciembre.


Publicado en elpais.es.

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