miércoles, 19 de mayo de 2010

Censura iraní, II


El director iraní Abbas Kiarostami ha convertido la presentación en Cannes de su película Copie conforme (el primer largometraje de ficción que rueda íntegramente fuera de su país) en una demoledora carga de profundidad contra el régimen de Teherán. El motivo: el mantenimiento en prisión de su colega y compatriota el realizador Jafar Panahi, considerado enemigo del pueblo por el gobierno de Ahmadineyad y, más concretamente, por el Ministerio de la Cultura Islámica.

"El mundo del cine está siendo agredido, que cineastas estén en la cárcel por hacer películas es algo intolerable, el mundo no puede quedarse indiferente ante este atropello, porque con esto, es el arte en su conjunto el que está preso", ha dicho Kiarostami en lengua farsi y en tono grave ante los periodistas acreditados en Cannes. Y ha añadido después: "El Gobierno iraní no tolera a los cineastas independientes de mi país, y sólo pone palos en las ruedas del cine independiente... pero ahora ha traspasado unos límites inaceptables. No sé lo que va a ocurrir, porque nada de lo que pasa en Irán es previsible".

El caso Panahi viene sacudiendo los cimientos del Festival de Cannes desde el mismo día de su apertura, el pasado miércoles, e incluso antes. Durante la ceremonia inaugural, los responsables del certamen decidieron colocar en el escenario, junto a los miembros del jurado (en concreto, junto a la silla en la que se sentaba Víctor Erice, amigo personal del propio Kiarostami) una silla blanca vacía y un cartel con el nombre de Jafar Panahi. Thierry Frémaux, delegado artístico de la cita, ha pedido oficialmemte la liberación del detenido.

El propio Panahi detenido agradeció desde la cárcel el apoyo y la solidaridad del Festival de Cannes... y puede que esto le haya costado caro, ya que hoy mismo se ha sabido que la justicia iraní ha decidido prorrogar por espacio de dos meses el mantenimiento en prisión del director, informa desde Teherán Ángeles Espinosa.

Hoy, nada más comenzar su conferencia de prensa, Abbas Kiarostami ha anunciado que acababa de recibir una llamada desde Teherán diciéndole que telefoneara urgentemente. "Aún no he podido hacerlo porque tenía que venir a la rueda de prensa, pero espero que me den la noticia de que Jafar Panahi ha sido liberado", ha dicho.

Por desgracia, las noticias no parecen tener nada que ver con eso. De hecho, una periodista que se encontraba en la sala se ha dirigido a Kiarostami diciéndole que "de muy buena fuente", le habían confirmado que Panahi no solo seguiría en la cárcel, sino que además había decidido "empezar hoy mismo una huelga de hambre". En ese momento, la actriz francesa Juliette Binoche, protagonista de Copie conforme, se ha echado a llorar mientras pedía a los informadores gráficos que no le hicieran fotos.

Kiarostami, que ganó la Palma de Oro en Cannes en 1997 con El sabor de las cerezas, ya se las ha visto con los gobernantes de Teherán, que consideraron insoportable e inaceptable esa historia sobre las pulsiones suicidas de un hombre sin horizontes, y emitieron un comunicado de protesta. También otros cineastas iraníes, como los miembros de la familia Majmalbaf (Mohsen, el padre, y sus hijas Hannah y Shamira) han sido objeto de ataques verbales e incluso de intentos de secuestro por su postura crítica con el régimen.

Hoy, en Cannes, además de sus declaraciones de denuncia contra la postura del gobierno Ahmadineyad contra los cineastas, Kiarostami ha repartido entre la prensa internacional la carta abierta que ya publicara en marzo The New York Times, y en la que considera al Ministerio de Cultura Islámica responsable de lo que le está ocurriendo con Panahi.


Publicado en elpais.es.

2 comentarios:

obscurenox dijo...

ya sabemos -más/menos- de como están las cosas en Irán, pero Kiarostami ha hecho que lo sintamos más cerca de esta situación. Gracias por relfejar lo que ya sale en casi todos los medios pero difundir y hacerse eco de estas noticias nunca es estéril. Todos deberíamos despertar de nuestra acomodada situación aún que algunos de nosotros estemos en condiciones precarias, pero ni comparación con las situación de Panahi (por ejemplo).
El coartar la libertad de expresión está a la orden del día, no hay que ir muy lejos, miremos a nuestro alrededor en Valencia...

marc

Lab. Espectadores dijo...

todo el mundo, cada ciudadano y en este caso los que están vinculados al mundo del cine deberían decir algo sobre esto. Callar es otrogar y esconderse. gracias por reflejar y denunciar estas situaciones no permitibles en cualquier sociedad "democrática".

bala