lunes, 7 de julio de 2008

"Aleksandra", de Aleksander Sokurov


Ayer por la tarde fui al cine, la última película de Sokurov está en cartel pero nunca sabes lo que puede durar. Las películas que he visto de este director siempre me han parecido bastante densas, con claves que no alcanzo a entender pero con una realización tan personal y sincera que las hace hipnóticas. Es de esos directores que siempre aportan algo nuevo.

"Aleksandra" es la más accesible que he visto con una trama sencilla: una anciana rusa se desplaza hasta un campamento militar en Chechenia para visitar a su nieto de 27 años, allí pasará unos días y se convertirá en espectadora de un mundo de niños-hombre donde los sentimientos han sido enterrados.


Al comienzo de la película tuve alguna duda sobre si justificaba la guerra, pero pronto me di cuenta que no. La guerra queda en un segundo plano aunque conocemos a los responsables de la ocupación y a los ocupados. La tensión entre rusos y chechenos está patente pero también el deseo de algunos por tratar a las personas como son sin importar su nacionalida ni lo que hayan hecho anteriormente sus compatriotas.



Aleksandra es una mujer que ha sufrido en su vida, no la guerra que sufren los chechenos pero sí la presencia de su marido. Ahora, viuda, no teme a nada ni acepta la autoridad de nadie. Una noche no puede dormir así que se levanta y empieza a pasear por el campamento hasta que se encuentra con los chicos que hacen guardia. Les pregunta si no echan de menos su pueblo. Uno de ellos responde que no porque las mujeres rusas sólo miran la televisión y envidian a quienes aparecen en ella; no piensan en otras cosas importantes. Aleksandra le pregunta qué otras cosas y él alude a la patria. Entonces su compañero rompe su silencio para decirle "¿Qué patria?, ¿esta patria?", refiriéndose al campamento. Con esta secuencia queda claro que no es una película sobre la guerra de Chechenia sino un film sobre el desastre bélico allá donde se instale.

Aleksander Sokurov

La fotografía es bellísima y tiende al monocromo. En el campamento el color ocre de la tierra lo impregna todo y cuando llega la noche se instala un gris marengo en una noche filmada durante el día oscurecido mediante filtros y postproducción.

Si fuera vosotros no tardaría en ir a verla al cine.

1 comentario:

Daniel Mc Riley dijo...

Un gusto encontrarme con tu blog, con muy interesantes comentarios cinéfilos!...soy un admirador de la obra de Sokurov, y esperamos aquí en la Argentina que llegue a estrenarse este film.

Te invito a que visites mis blogs, y si te parece bien, me gustaría recomendar el tuyo en mis links amigos.

Saludos desde Buenos Aires
Danny