A continuación reproduzco una entrevista de Gregorio Belinchón a Eduardo Chapero-Jackson que se ha publicado hoy en El País (pag. 46).
A ver cuándo se pueden ver más cortos españoles en las salas y no estaría mal que fueran precediendo a una película hollywoodiense para que poco a poco se fuera acostumbrando el público al talento que existe en este país al abordar estas piezas breves.
El día en que los cortometrajes tomarán los cines.
Impone la calma de Eduardo Chapero-Jackson (Madrid, 1971). "Sí, soy tranquilo por naturaleza". El cineasta no para de hacer historia y él, modesto, no deja de rebajar el nivel de sus éxitos. En su casa, a pocos pasos de la jarana que bulle en la zona madrileña de la Latina, en un pasillo tiene sus trofeos medio escondidos en una estantería. Sólo uno de ellos da vueltas por el salón. Y qué premio: el galardón al mejor cortometraje -otorgado por la Academia de Cine Europeo- que Chapero-Jackson, el único español en ganarlo, obtuvo con su segundo trabajo, Alumbramiento, en 2007. A medio metro está el sillón en el que se sienta para escribir con el portátil: el cineasta está en plena preproducción de su primer largo, Verbo, que rodará en otoño.
Pero antes encara otro reto, ya de por sí todo un logro. Hace unos meses, los responsables de la cadena UGC Cine Cité -inmensas multisalas que suelen tener alguna pantalla dedicada a la versión original- le propusieron a él y a su productor Pepe Jordana, de Prosopopeya, estrenar como una película más sus tres cortometrajes. En un bloque titulado A contraluz, y en estricto orden cronológico, se verán Contracuerpo (2005), Alumbramiento (2007) y The end (2008). En total, 64 minutos de cine de muchos quilates, a tres euros la entrada, y en seis de los complejos de UGC Cine Cité. Día de estreno: viernes, 26 de junio.
Contracuerpo, protagonizado por Macarena Gómez, es visualmente el más arriesgado. "No lo hice por marcarme un punto autoral, sino que el silencio y esas imágenes ayudaban a entender el aislamiento del personaje de Macarena. La estructura de cajas chinas tiene que ver con el laberinto en el que esa chica ha perdido su identidad". Alumbramiento, los instantes finales de la vida de una mujer (Mariví Bilbao), que muere rodeada de su familia, "juega con las luces y las sombras para enseñar cómo se juntan lo abismal de la muerte y lo cálido de la vida". Y The end, un mediometraje seudowestern, describe una vida sin agua.
A Chapero-Jackson, la oferta de estas sesiones le provocó cierto escepticismo. "Ellos sin embargo lo veían claro. Y al final va a ocurrir. Es una propuesta muy distinta a las habituales, todavía hay muchos perjuicios con el corto. Por eso es importante explicarla bien a la gente. Me gustaría que fuera un precedente para otros autores. El corto es un formato muy bonito, que deberían recuperar directores que llevan ya un tiempo rodando largos. Da tanta libertad... Puedes hacer cosas que en gran duración sólo se permitiría Kubrick. Y si vas a una librería, compras una recopilación de cuentos y los disfrutas, ¿por qué el corto no se saborearía igual?". Vistos seguidos, su autor les ha descubierto "una coherencia y un hilo argumental que les une".
Eduardo Chapero-Jackson tardó más tiempo de lo habitual en ponerse detrás de las cámaras: "No quería apresurarme, debía primero sentirme preparado. La gente soporta mucha presión para obtener éxito rápido. Un director tiene que saber cosas de la vida antes de empezar a contar historias. No empecé estudiando cine, sino bellas artes. Allí descubrí mi vocación, empecé a buscarme la vida y entré en la productora Sogecine [trabajó, entre otros filmes, en Los otros, Al sur de Granada o Crimen ferpecto]". Incluso hizo cursos de interpretación, porque Chapero-Jackson cree que en España no se cuida bien la dirección de actores. En uno de ellos conoció a su amigo Miguel Ángel Silvestre, el Duque de la tele, sí, pero también el soberbio protagonista de Vida y color o de La distancia, que aparece en The end, y que podría estar en Verbo. "Va a ser una película de aventuras, multigénero, difícil de encasillar. Tiene algo de viaje de adolescentes, porque habla de ese adolescente que llevamos dentro. Empiezo a sentir ahora la envergadura del proyecto. Es ambicioso en muchos sentidos: técnico, interpretativo, de línea argumental. Distinto y difícil. Llevo tres años con Verbo, creando mundos y luchando con su estructura. Me impone, pero que sea lo que Dios quiera [risas]".
Aunque antes, el estreno de los cortos. "No sé qué va a pasar. Se ha preparado bien. La idea nace porque mis cortos se han distribuido en el norte de Francia a través de asociaciones de clubs de cine. Los miembros pagan cuotas mensuales y ellos mismos programan. Las diversas asociaciones se agrupan para tener más dinero y así acceden a filmes extranjeros. Ellos pagan y ellos deciden. Y esa programación tan pensada en lo que quieren es un poco el espíritu de que desean los UGC Cine Cité en España. Si va bastante gente, aumentarán las proyecciones a otras ciudades". La gran esperanza de los cortometrajistas españoles toma la salida el 26 de junio.
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