domingo, 18 de mayo de 2008

La hamaca paraguaya, de Paz Encina.


Vi "La hamaca paraguaya" el pasado miércoles, una película hipnótica que ha despertado mi interés durante los últimos cinco días en algún momento. Su planteamiento visual y narrativo viene a mi mente de forma recurrente. Los planos son fijos, de extensa duración permitiendo al espectador reflexionar sobre lo que ve y escucha. Las escenas son cotidianas, nada "excepcional" aparece en la imagen, pero poco a poco te vas identificando más y más con sus personajes.


"La hamaca paraguaya" cuenta la historia de un matrimonio de ancianos que esperan a que su hijo vuelva de la guerra en un lugar recóndito de la geografía paraguaya. Los diálogos entre los protagonistas alternan la voz en off con el diálogo directo pero por la lejanía de los personajes muchas veces no queda claro cuando hablan y cuando es off. Con este recurso, Paz Encina, que así se llama la directora, marca dos tiempos distintos en el relato, nunca queda claro si este hijo que esperan se fue hace unos meses o si la espera dura ya muchos años. Da la sensación de que las conversaciones que mantienen podrían mantenerlas cualquier otro día o que las mantengan reiteradamente. La directora dijo que: "cuando concebí la estética temporal para la película, decidí que cada imagen duraría todo el tiempo que fuera necesario para expresarse y no el tiempo necesario para que los demás lo vieran. En cada plano, los pequeños actos se muestran de principio a fin: un suspiro que termina, un abanico que se agita y termina por refrescar el ambiente, el canto de una cigarra, alguien que pela y come una naranja en tiempo real. Lo que me interesa es que cada imagen capte no sólo la belleza exacta de las cosas, sino también los momentos precisos que evocan un detalle perfecto de cada uno de estos actos, que se observan en la totalidad de su desarrollo. Como si cada silencio fuera una página en blanco".



Como anécdota diré que entre "La hamaca paraguaya" y la última película que se rodó en 35mm en Paraguay han pasado nada menos que 35 años, pero en lugar de buscar el beneplácito del público Paz Encina ha decidido retarlo y ofrecerle algo diferente. Todo un regalo.

PD: Si "No es país para viejos" te pareció lenta, "La hamaca paraguaya" no es para ti.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acerca de Hamaca Paraguaya, he encontrado diversas opiniones sobre ella, detractores y defensores, quienes la tildan de aburrida, otros dicen que Paz Encina como que recién está aprendiendo y no está haciendo cine de verdad, otros que aconsejan a no dejarse embaucar por el falso minimalismo en el cine, etc. , etc. Y por supuesto también están los que como en este blog encuentran en Hamaca Paraguaya, cualidades cinematográficas a una obra que irradia sencillez y más.
Yo sólo quiero decir, que más allá de los porqués técnicos, estéticos y otros del cine, como espectadora, nada más, me conmovió, y me puso en reflexión , sin necesidad de tener frente a mis ojos escenas de desgarradora tragedia ni nada. Tan lenta como mecerse sobre una hamaca y esperar.
Doris